Así que en mi risa 
buscabas encontrar, 
alivio a la miseria 
que contigo arrastrabas, 
así que una risa forzada 
valía mucho más, 
que el dolor que por siglos 
llevamos en nuestras almas.

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Y es que el árbol 
no vale más que su raíz, 
ni la tierra más que mar y cielo, 
y es que puños y brazos 
no son mejores que ceño y naríz, 
ni alegría más que duelo.

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Porque hielo y fuego 
nos vieron nacer 
porque de guerra y paz 
son nuestros huesos, 
porque mito y realidad 
conforman nuestro creer 
porque entre risas y lágrimas
fuimos hechos...

​

Así que si solo reir
tu verme quieres,
vuélvete temprano 
a tus fatuos quehaceres
que no tengo tiempo para simular
lo que ahora confundes
con felicidad.

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Jessica Carrasco Carrasco